23 de abril 2024

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“La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”, dijo el famoso filósofo griego Platón consultado por sus seguidores, y tenía mucha razón. La música es capaz de despertar tremendas pasiones, desde las notas más agudas de un tenor hasta los graves y densos tonos de un bajo acompañando una canción de rock, dependiendo de los gustos de cada persona. Pero pocos pueden decir que no existe una canción o un cantante que no le inspire un cuadro de emociones muy diversas al escucharlos.

Es que además de ser ese estímulo que necesita nuestra alma muchas veces para continuar adelante, es también una forma de expresión que tienen muchas personas, que entra en sintonía con los demás que probablemente estén experimentando algo similar al momento de elegir escucharlos. Sea alegría, tristeza, empatía, enojo, todas las emociones posibles están descriptas en alguna canción y eso es quizás lo que la hace tan importante en nuestras vidas.

Sucede desde el comienzo de los tiempos en los que muchas tribus solían tener sus “himnos” escritos en las duras y concisas notas de primitivas percusiones que se extendían por el aire para que los demás pudiesen reconocerlos. Eventualmente todas las naciones ahora tenemos un himno que nos representa, muchas veces con una letra que indique los valores de la nación, en otras sólo la música que los “padres fundadores” eligieron para representarnos.

Una expresión artística

Una flautista española alguna vez señaló que “la música es el himno más directo, va desde el oído directo al corazón”, y detrás de esas obras de arte que son los distintos temas que puede componer un artista, existe todo un mundo que permite y sostiene tanto la posibilidad de tocar en un estudio, como poder lanzar ese disco al mundo a través de los infinitos canales que existen en la actualidad.

Es que la producción musical es uno de esos aspectos que parecen invisibles pero que tienen un importante impacto en la capacidad de un artista de salir adelante. Hablamos claro del diseño del sonido que van a sacar a la luz, la compra de los instrumentos adecuados, la posibilidad de sumar nuevos integrantes o reemplazar a los que no estén rindiendo de mejor manera. El trabajo de un productor es casi como el de un director de cine, que debe encargarse que todo esté perfecto a la hora de sacar un nuevo disco.

Foto: Troy T

Se trata sin dudas de una tendencia que está avanzando fuerte, sobre todo en la actualidad donde es muy fácil sacar un single o disco gracias a las distintas plataformas (la mayoría gratuitas) para dar a conocer un material. Además, es cada vez más fácil aprender producción musical, gracias a los distintos cursos online que existen, que se pueden realizar donde se quiera y cuándo se quiera.

Es una carrera que mezcla muchas disciplinas, pero que tiene un enorme potencial en un mundo donde la música está cobrando cada vez más protagonismo como uno de los pilares de la sociedad moderna. Es cuestión de adentrarse a este mundo tan desconocido como fascinante.