23 de noviembre 2024

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El elenco hispano dijo adiós a la Copa Libertadores redondeando todo un papelón apenas disimulado por un par de buenas conquistas. El cuadro ecuatoriano, permanente animador en las copas de los últimos años, fue mucho rival para el equipo de Pellicer.

Por EDUARDO BRUNA de El Ágora

Hubo tal diferencia de recursos, incluso de velocidad y fuerza, que la goleada de Independiente del Valle por 6-2 ante Unión Española, por la segunda fase de la Copa Libertadores, hasta se quedó corta. Y es que el cuadro ecuatoriano, permanente protagonista en las copas de los últimos años, con una final en la Libertadores y un título en la Sudamericana, pudo haber concretado un marcador de escándalo de haber tenido sus hombres más certeza en el momento del finiquito.

Aparte de pegar tres tiros en los palos, de haber desperdiciado un par de oportunidades clarísimas, y de un par de atajadas meritorias de Sánchez, el elenco ecuatoriano fue demasiado rival para un elenco hispano que, con la llegada de casi un equipo completo, se está recién rearmando y que, para colmo, pierde a una de sus figuras principales con la partida de Carlos Palacios al Inter de Porto Alegre.

Digamos, en todo caso, que la derrota hispana no puede sorprender. Tampoco el marcador, más tenístico que de fútbol. Ya en el partido de ida, jugado en el Santa Laura, el elenco de Pellicer había conquistado una tan estrecha como afortunada victoria por 1-0, en circunstancias que, en el balance de los 90 minutos jugados, Independiente del Valle había sido superior.

Lo que no estaba en los cálculos de nadie fue lo poco que le costó al cuadro local sentar superioridad en el juego y muy pronto en el marcador. El “Mono” Sánchez se había salvado en un par de ocasiones cuando, a los 3 minutos, Independiente ya se ponía en ventaja, igualando la serie. Una pelota alta al centro del área, sin ninguna oposición, permitió que Montenegro habilitara de pecho a Vite, que entrando destapado la puso en un rincón bajo.

Pocos minutos después, y con Independiente del Valle realizando una sinfonía de veloces combinaciones, frente a las cuales los defensores hispanos parecían postes, vino el segundo tanto local. Una pelota que no revestía complicaciones fue pifiada groseramente por Galdames y el error colosal lo aprovechó Montenegro para batir nuevamente a Sánchez.

Frente a esa manifiesta superioridad, Unión Española no mostraba argumentos. Prácticamente no cruzaba la mitad de la cancha. Recién a los 25 minutos, tras centro atrás de Pavez luego de un taco de Carlos Palacios, el boliviano Chumacero desvió su débil remate de zurda.

Si alguien pensó que esa aproximación sería todo un acicate para Unión Española, a la que le bastaba un gol para recuperar su opción de clasificar a la siguiente fase, se equivocó rotundamente. Si el ataque casi no existía, y los volantes eran una y otra vez sobrepasados, la defensa roja continuó siendo un flan. A los 28 el central uruguayo Platero cometió un claro penal que Faravelli convirtió en gol y a los 37, ante evidente falla de Sánchez, que la dejó botando tras un remate de fuera del área, Montenegro puso un 4-0 lapidario, que convertía la derrota hispana en todo un papelón.

Superada, zarandeada por momentos, Unión Española puso en la cancha por lo menos algo de dignidad. Nunca, por cierto, para acercarse siquiera a un vuelco que habría sido tan increíble como histórico, pero al menos para anotar dos conquistas de buena factura que en algo atenuarían la abultada y expresiva derrota. Méndez con un balazo desde fuera del área, y Rubio con un buen cabezazo, transformaron el partido en un 5-2 que, por estas cosas de que los goles como visitante valen el doble en determinadas circunstancias, hacían que la utopía hispana fuera improbable, pero nunca descabellada.

Por cierto, no pasó de un espejismo. Sin el nivel superlativo de la primera etapa, Independiente del Valle seguía siendo superior. Sin la armonía en el juego del comienzo, el elenco ecuatoriano tocando y creando espacios era mucho mejor que una Unión Española a la que le costaba un mundo llegar al área rival.

El sexto gol, ya en los descuentos, salió de un veloz contragolpe en el que Independiente del Valle impuso el mejor de todos sus atributos: la simpleza y la velocidad. Porque, con dos o tres combinaciones, desarmaron una vez más a un fondo hispano que vivió una noche de verdadera pesadilla y Montenegro, que marcaba su tercer gol de la noche, establecía un 6-2 que no dejaba lugar ni a la más mínima discusión.

PORMENORES

Partido válido por la segunda fase de la Copa Libertadores.

Estadio: “Rodrigo Paz Delgado”, de Liga Deportiva Universitaria de Quito.

Arbitro: Wilmar Roldán (Colombia).

INDEPENDIENTE DEL VALLE: Ramírez; Schunke, Pacho, Segovia; J. Sánchez (71’ Landázuri), Pellerano (71’ Previtali), Caicedo (64’ Guerrero), Montenegro, Faravelli; Vite (64’ Mera), Ortiz (64’ Murillo).

U. ESPAÑOLA: D. Sánchez; Magnasco, Platero (46’ J. Villagra), Galdames, Jorquera (74’ Larenas); G. Villagra (64’ Núñez), Chumacero (46’ Méndez), Pavez (46’ Christian Palacios); Farfán, Rubio y Carlos Palacios.

GOLES: para Independiente del Valle, Vite a los 3, Montenegro a los 15’, 37’ y 90+7’, Faravelli (penal) a los 29’ y 57’; para Unión Española, Méndez a los 55’ y Rubio a los 61’ (cabeza).

Tarjetas amarillas: en Independiente del Valle, Ortiz y Guerrero; en Unión Española, Christian Palacios y Magnasco.

Tarjeta roja: Magnasco, de Unión Española, por doble amarilla.

Revisa el compacto del partido: