23 de noviembre 2024

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  • El cuadro albo se clasificó a los octavos de final del torneo en una infartante definición del Grupo A. El 1-1 ante Cerro Porteño le permitió cumplir el piso de su objetivo internacional 2024

Por Sergio Gilbert J. de Revista El Ágora


Colo Colo no estaba para vivir una jornada tranquila en Asunción en su partido decisivo ante Cerro Porteño en la definición del Grupo A de la Copa Libertadores. Y no la vivió. Para nada.

Los albos, en verdad, ni siquiera pudieron respirar tras abrir la cuenta a través de un penal servido por Carlos Palacios (23’). Simple y sencillamente porque el devenir de este partido y el que se jugaba a la misma hora en Río de Janeiro, entre Fluminense y Alianza Lima, hacía que la tabla del grupo fuera variando a niveles demenciales, conforme pasaban los minutos.

El empate conseguido por los guaraníes a través de Carrizo, unido al sorpresivo y tempranero gol de los peruanos ante los brasileños, dejó por momentos a los albos sólo con el premio de consuelo (clasificar a la Copa Sudamericana). Y a expensas de que si Cerro se adelantaba en el marcador y Fluminense no lograba al menos el empate en casa, se podía quedar fuera de toda competición continental.

O sea, se jugaba con los nervios a flor de piel.

SIN PERDER LA LÍNEA

Pese a que tenía todo ello dándole vueltas en la cabeza, hay que decir que Colo Colo nunca perdió el orden ni tampoco la claridad para jugar el partido que le convenía. Más allá de que en el segundo tiempo fue perdiendo no sólo el control de la pelota, sino que incluso la posesión de ella (algo que el DT Jorge Almirón seguro recalcará como una gran deficiencia).

Y en eso tuvo mucho mérito, en lo primero, lo realizado por los defensores (Maximiliano Falcón nunca perdió de vista el balón y por eso ganó en caso todas las coberturas) y el muy buen trabajo de Carlos Palacios, quien encontró su lugar a las espaldas de los volantes centrales de Cerro (Peralta y De Motta), obligándolos a contener más que a aportar en la salida limpia.

Por cierto que los tramos finales del partido, que duró 100 minutos, fueron los más agobiantes para los albos. Pese a que Fluminense dio la mano que se esperaba al darle vuelta el partido a los peruanos, Cerro hizo sudar la gota gorda e hinchar las venas colocolinas con sus centros y entradas “a caballazo limpio”, que es una especie de marca registrada de los paraguayos.

El silbato que dio por terminado el partido y consumada la clasificación a octavos de final de la Copa (objetivo que Almirón sabía que era esencial para su calificación al menos en la primera parte del año), fue música en los oídos para los albos que ahora ya está en un grupo donde tendrá que ponerse frac si quiere seguir luciéndose.

PORMENORES

Copa Libertadores. Grupo A. Fecha 6.

Estadio: General Pablo Rojas, de Asunción

Público: 35 mil espectadores, aproximadamente.

Árbitro: Wilmer Roldán (Colombia).

Cerro Porteño (1): Jean; S. Benítez, E. Block, R. de Jesús, S. Arzamendia; F. Carrizo, F. Peralta, P. de Motta, C. Domínguez; J. Iturbe; D. Churín. DT: Manolo Jiménez. Cambios: 51’, G. Aguayo por Carrizo, 74’, F. Fernández por Iturbe; 86’, Edu por De Motta.

Colo Colo (1): B. Cortés; Ó. Opazo, S. Saldivia, M. Falcón, E. Wiemberg; G. Castellani, E. Pavez, L. Gil; C. Palacios; M. Bolados y G. Paiva. DT: Jorge Almirón. Cambios: 63’, C. Zavala por Gil; 74’, V. Pizarro por Bolados, 81’, E. Amor por Pavez y L. Benegas por Paiva.

Goles: 23’, Palacios, de penal (CC), 35’, Carrizo (CP).

Tarjetas amarillas: Peralta y De Jesús (CP); Saldivia, Cortés y Benegas (CC).

Expulsado: 90+7’, Benítez (CP).