- No sólo lo superó merecidamente por 3-0, sino que lo desnudó como el miserable equipo que es, incapaz siquiera de rematar una sola vez al arco durante todo el partido. Como si todo ello fuera poco, el “Cacique” sufrió la expulsión de quien venía siendo su única figura rescatable: el uruguayo Falcón.
Por EDUARDO BRUNA
Wanderers, que venía de una actuación lamentable frente a Unión La Calera, hizo vivir a Colo Colo toda una pesadilla, venciéndolo por 3-0 y pasándolo por arriba a partir de la apertura de la cuenta, en el minuto 19, penal convertido por Gutiérrez tras torpe falta de Campos contra el propio delantero.
Faltaba ver cuál podría ser la reacción alba cuando fuera el rival quien se pusiera en ventaja. Porque en esta “rachita” de tres partidos sin perder, todo un mérito para su inconmensurable pobreza como equipo, Colo Colo no había sufrido ese contraste. Contra Unión Española partió ganando, no hubo goles frente a Universidad Católica y ante Antofagasta atesoró el gol de Costa renunciando por completo a seguir intentando ofensivamente hablando.
Y lo cierto es que, tras el penal convertido por Gutiérrez, como a través de todo este campeonato, el “Cacique” quedó desprovisto de la más mínima capacidad de respuesta. Ni el hecho de que por fin Valdivia jugara como titular sirvió de mucho. Y es que no sólo experimentó la marcación implacable que por lo demás se preveía, sino que a estas alturas de su carrera el “Mago” tampoco tiene resto físico como para buscar el desmarque y recibir así con cierta ventaja.
Incluso teniéndola, la duda es inevitable: ¿a quién podía habilitar? Porque ni Costa ni Mouche desbordan y Parraguez es un canto absoluto a la torpeza. ¿Los laterales sumados en ofensiva? Ni hablar. Bastante problemas tenían ya Campos con Ubilla y, para qué decir, el juvenil Jeison Rojas con Rotondi, que pasó por su banda las veces que quiso.
Aparte de ser superado absolutamente a partir del penal convertido por Gutiérrez, de lo horriblemente mal que jugó, Colo Colo sufrió un arbitraje implacable de Christian Rojas. No sólo porque en cada pelota dividida consideró siempre que la falta era del jugador albo, sino porque obvió un claro penal de Cerezo a Costa, cuando ya el primer tiempo se iba. El agarrón de camiseta fue muy claro, pero Rojas ni siquiera quiso consultar el VAR. Y más: le mostró la segunda amarilla al uruguayo Falcón, en circunstancias que los dos jugadores involucrados en la jugada fueron con el pie arriba en busca de la pelota.
Más allá de esas incidencias, está claro que el resultado no pasó por ellas. Fue tan superior Wanderers que todo lo demás queda en el terreno de la simple anécdota. ¿Cómo podría Colo Colo discutir el arbitraje cuando a través de 90 minutos, más tres de descuentos, jamás pateó siquiera una vez al arco de Viana? No hay argumento más poderoso que ese para explicar el colosal contraste experimentado por el “Cacique” en el puerto. Dicho claramente, su fútbol, de una inopia que se transforma en irritante, es el que lo tiene anclado en la última posición de la tabla, y lo cierto es que la posibilidad que a fin de campeonato zafe del descenso a la “B” se antoja lo más parecido a un milagro.
Colo Colo no sólo juega mal, porque ni crea ni marca, sino porque sus jugadores llegan casi siempre tarde a todas y, cuando llegan a tener la pelota, no saben qué hacer con ella. La mezcla de pobre capacidad técnica y notorio atolondramiento suele ser fatal. Tensionados, consumidos por los nervios, hasta la más mínima cuota de fluidez se transforma en un artículo suntuario.
Esa absoluta incapacidad e impotencia alba se refleja en, aparte de alegar por todo, la insólita cantidad de tarjetas amarillas que se ganó en el puerto el “Cacique”: nada menos que siete. Cortés, Barroso, Falcón, Carmona, Suazo, Costa y hasta Paredes, que entró -nadie sabe para qué- en los últimos diez minutos de partido. Clarísimo contraste con su rival, que sólo tuvo con amarilla a Viana, y por un reclamo destemplado.
A su manifiesta pobreza de recursos, Colo Colo suma una conducción técnica que cuesta entender, dadas las circunstancias. Porque, perdiendo ya claramente por 2-0, afrontó el segundo tiempo con un solo cambio, hasta cierto punto insulso y relevante para que lo eran el trámite y el marcador del partido hasta ese momento (0-2). Salió Carmona para dar paso a Fuentes como volante defensivo. Aparte que en este momento es menos malo Fuentes que el dos veces mundialista, la sustitución sólo podría explicarse por una lesión de Carmona.
Ofensivamente hablando, es lógico que deducir que el reemplazante de Quinteros en la banca alba, y en una de esas hasta el propio Quinteros desde su casa, estaban muy conformes de apreciar que a Viana, durante todo esa primera etapa, sólo le faltó pedir una revista o un diario para no aburrirse tanto.
El acabose vino cuando, a los 58 minutos, el pito Rojas le mostró a Falcón la segunda amarilla. Porque a esas alturas Colo Colo ya perdía 0-3, y sin embargo la banca decidió excluir a Valdivia para hacer ingresar a Insaurralde. ¿Para defenderse mejor y evitar que le convirtieran más goles?
Cuando vas perdiendo de esa forma tan inobjetable como catastrófica, cualquiera hubiera esperado que la banca alba quemara las naves y se jugara, con mayor razón si con Rojas, Barroso y Campos -todos centrales- podías pasar perfectamente a línea de tres. ¿No era lo lógico intentar con Morales en lugar de un Parraguez que no la había agarrado ni con la mano?
Si hasta ese momento Colo Colo era un desastre, su absoluto naufragio se acentuó. Wanderers, a favor de su cómodo resultado, hizo circular la pelota haciendo ver a los jugadores albos por momentos como unos idiotas intentando vanamente cazar alguna. No sólo eso: el cuadro porteño dejó ir al menos dos oportunidades clarísimas de haber aumentado la cuenta hasta límites de escándalo, porque con Insaurralde la defensa siguió siendo un flan.
Wanderers, en suma, se floreó como quiso frente a Colo Colo. No sólo lo venció ampliamente en el juego y en las cifras, sino que lo consolidó como colista absoluto y el principal candidato a perder la categoría.
PORMENORES
Campeonato Nacional. Partido válido por la vigésima octava fecha.
Estadio: “Elías Figueroa Brander”, de Valparaíso.
Arbitro: Christian Rojas.
WANDERERS (3): Viana; M. Fernández, González, Alarcón, Cerezo; Retamal, Miño (80’ León), Medel (80’ Lanaro); Ubilla (65’ Canelón), Gutiérrez (65’ R. Fernández), Rotondi (69’ García).
COLO COLO (0): Cortés; Rojas, Falcón, Barroso, Campos; Valdivia (62’ Insaurralde), Carmona (46’ Fuentes), Suazo; Costa (75’ Valencia), Parraguez (75’ Morales) y Mouche (80’ Paredes).
GOLES: Gutiérrez a los 19’ (penal) y 54’, y Medel a los 33’ (cabezazo).
Tarjetas amarillas: en Wanderers, Viana; en Colo Colo, Cortés, Falcón, Barroso, Carmona, Suazo, Costa y Paredes.
Tarjeta roja: Falcón, a los 58’, por doble amarilla.
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