25 de abril 2024

AQUÍ Y AHORA

NOTICIAS

Este lunes, en Argentina, el Tribunal Oran en lo Criminal 1 de Dolores condenó a los ocho rugbistas acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa, de 18 años, en la discoteca Le Brique de Villa Gesell, a 380 km de Buenos Aires, el 18 de enero de 2020.

Los jueces determinaron por unanimidad que Máximo Thomsen (23), Ciro Pertossi (22), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23) y Luciano Pertossi (21) fueron coautores del delito de «homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado por dos o más personas y por alevosía en concurso ideal de lesiones leves», condenados a prisión perpetua; mientras que Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23) y Lucas Pertossi (23) fueron declarados como partícipes secundarios del mismo delito y sentenciados a 15 años de prisión.

El diario Ámbito Financiero indicó que los condenados a prisión perpetua podrían optar a la libertad dentro de 30 años, y los otros tres podrían optar a libertad condicional en 2030.

Fernando Burlando, abogado de los padres de Fernando Báez Sosa, dijo que van a apelar el fallo que condenó a 15 años de prisión a tres de los ochos rugbistas como «partícipes secundarios» del crimen y consideró que se hizo «una justicia débil, y una justicia débil no es justicia». «Esto recién comienza (…) Es el primer paso hacia una respuesta que acaricie el corazón de Fernando», señaló el abogado al retirarse del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores.

Los fiscales involucrados en el juicio advirtieron a la salida de los tribunales que revisarán los argumentos de la Justicia y adelantaron que podrían apelar las condenas. «Tenemos que leer el fallo, no lo conocemos. Estamos convencidos que las tres personas obraron en carácter de coautores y no con participación secundaria», planteó el fiscal Juan Manuel Dávila, citado por el diario Clarín.

Báez Sosa, miembro de una familia humilde de inmigrantes paraguayos y estudiante de Derecho, murió como consecuencia del ataque a golpes de puño y patadas que recibió por parte de la banda de jugadores de rugby. Según la autopsia, el joven falleció de un «traumatismo de cráneo». «Mucha golpiza le dieron, dijo la mamá de la víctima, Graciela Sosa, tras el deceso de su hijo. “Lo golpearon hasta no dar más con él, hasta que lo mataron», según consigna CNN en Español.

Medios locales, citados por Reuters, informaron que los agresores se unieron para atacar a Báez Sosa a pesar de que estaba gravemente herido en el suelo. La mamá del joven dijo a CNN que se enteró de los hechos a través de una llamada telefónica en la que le informaron que su hijo fue llevado en una ambulancia al hospital. «Pensaba que iba a cuidarlo, pero no. No fue así», relató Sosa sobre cómo se enteró que su hijo murió. «Fue el día más terrible de mi vida», comentó la mujer entre llanto.

Así, en principio, termina un caso paradigmático, un hecho que identificó a la sociedad y que se volvió el expediente más seguido por el público general desde el femicidio de Ángeles Rawson en 2014, destacó el portal Infobae. La síntesis más lúcida al respecto, de por qué este caso atrapó la atención general, fue realizada por el juez David Mancinelli, el encargado de enviar a prisión a los rugbistas, bajo cuya firma estuvo la instrucción de la causa, a cargo de la fiscal Verónica Zamboni e inicialmente el fiscal Walter Mércuri.

«Las bondades de Fernando captaron la atención de la sociedad. Era un hijo cariñoso, un compañero leal, un novio fiel, comprometido con tareas sociales. Silvino y Graciela criaron a un ser humano hermoso. No fue el justo el final que tuvo, no merecía ese martirio. Y la gente vio en Fernando a sus hijos, a sus hermanos. La sociedad ya no tolera la violencia, la prepotencia. Fernando fue abrazado como un símbolo de paz».