30 de abril 2024

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Más allá de su falta de peso ofensivo, el Cacique no tuvo problemas para golear por 4-0 en el puerto. Wanderers, pese a su empeño, parece condenado a la B, trayendo inevitables nostalgias de lo que en algún momento significó como un cuadro ríspido y guapo, sobre todo en su reducto.

Por EDUARDO BRUNA de El Ágora.

Lo de Colo Colo, goleando por 4-0 a Wanderers, en el “Elías Figueroa Brander”, de Valparaíso, no puede sorprender a nadie, por más que el elenco popular viniera evidenciando en los últimos compromisos una clara anemia ofensiva. Lo que sí sorprende, y por cierto alarma, es el calamitoso estado que muestra el elenco “caturro”, que en doce partidos de este Campeonato Nacional exhibe una miserable campaña, con apenas un punto ganado de 36.

¿Qué te han hecho, Santiago Wanderers, como para llegar a esto? Porque los memoriosos deben recordar que antaño, ir al entonces Estadio de Playa Ancha, era como ir a Calama a enfrentar al Cobreloa de sus buenos tiempos. Había que ser muy guapo para conquistar puntos en el puerto, y si había un equipo al que le costaba el doble vencer, ese era Colo Colo, porque el cuadro “caturro” se jugaba la vida en esos partidos de meta y ponga en que el viento –un fenómeno real en ese escenario-, jugaba un papel absolutamente secundario.

Wanderers fue siempre un equipo complicado y fiero, que crecía aún más en su reducto, antes casi inexpugnable.

Pero eso claramente se perdió. El cuadro porteño es hoy una comparsa, pobre en jugadores y, por lo mismo, con escasos recursos como no sea para pelear por evitar un descenso que, faltando todavía más de la mitad del torneo, se antoja irremediable. Para decirlo pronto, Wanderers parece condenado de antemano a la Primera B, salvo que de aquí en más suceda algo muy parecido al milagro.

Ni siquiera el cambio de director técnico hasta aquí ha servido de algo. La llegada de Emiliano Astorga no ha podido, hasta aquí, superar lo de su predecesor. Y es normal: los tipos que ocupan esa banca distan mucho de ser magos para salvar un barco que se hunde.

Había otro antecedente que a este encuentro le daba un morbo especial: fue precisamente en este escenario donde Gustavo Quinteros sufrió su peor derrota desde que asumió la dirección técnica del “Cacique”, en el torneo pasado. Fue un 3-0 lapidario que hasta hizo dudar si el nuevo entrenador podría concretar la tarea para lo cual lo habían contratado, tras el despido de Mario Salas y el interinato con pocas luces de Gualberto Jara.

Esta vez, sin embargo, la única duda que se instalaba era cuánto tardaría Colo Colo en vulnerar la cerrada defensa wanderina, porque claramente el elenco “caturro”, consciente de sus limitaciones, había salido a aguantar lo que se pudiera. No cabe duda, además, que Astorga sabía lo que le estaba costando convertir al elenco popular, que sin un goleador verdaderamente de raza, y con delanteros absolutamente intermitentes, que insinuaban ofensivamente mucho más de lo que al cabo producían, podía sacar la tarea adelante.

Pero los limitados planes de Wanderers sufrieron un claro revés en el minuto 41, luego que Morales, goleador albo a punta de penales, convirtiera desde los doce pasos la falta de Alarcón a un Bolados que enfrentaba a Viana solo, tras gran pase profundo de Gil. ¿Tenía el elenco “caturro” un Plan B? Seguramente, pero para que ese plan pudiera resultar necesitaba bastante más que cargar sobre el arco de Cortés a ciegas, confiando más en el error del rival que en el acierto propio.

De hecho, la única oportunidad clara Wanderers la tuvo en los descuentos de la primera etapa, cuando Zaldivia falló ostensiblemente en un cierre sobre su izquierda y el balón le quedó a Vallejos, quien, absolutamente solo a la entrada del área, desvió su zurdazo cuando Cortés tenía muy poco que hacer.

Atacando mucho más Wanderers, era Colo Colo el que se creaba las oportunidades. La más clara de todas la desperdició Costa, quien estrelló su remate contra el travesaño. Sin embargo, parecía ser sólo cosa de tiempo para que el “Cacique” asegurara la victoria y los tres puntos.

Y así fue, efectivamente. Bolados a los 73’ y a los 77’, liquidó el encuentro, al paso que Ignacio Jara, ingresado recién, con un disparo rasante desde fuera del área estableció un 4-0 tan justo como lapidario.

A la espera de la llegada de un centrodelantero (¿Marcelo Moreno Martins?) y de un extremo que sustituya a Martín Rodríguez, Colo Colo sigue en los puestos de avanzada. Por contraste, Wanderers parece irremediablemente condenado, a pesar del largo camina que todavía resta por recorrer.

PORMENORES

Campeonato Nacional. Partido válido por la decimotercera fecha.

Estadio: “Elías Figueroa Brander”, de Valparaíso.

Arbitro: Felipe González.

WANDERERS (0): Viana; Soto, Alarcón (78’ Marín), González, Kido (80’ Alvarado); Villarroel, García, Medel, Bustamante (46’ Canelón); Cabrera, Vallejos (67’ A. Jara).

COLO COLO (4): Cortés; Rojas, Zaldivia, Amor, Suazo (86’ Opazo); Gil (80’ Valencia), Fuentes, Costa (80’ I. Jara); Bolados, Morales (80’ Parraguez) y Solari (58’ Pizarro).

GOLES: Morales (penal) a los 41’, Bolados a los 73’ y 77’ y Jara a los 89’.

Tarjetas amarillas: En Wanderers, Alarcón y Soto; en Colo Colo, Rojas, Zaldivia y Amor.

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