5 de mayo 2024

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Si la idea es elegir nombres para denominar las nuevas tribunas de San Carlos de Apoquindo -para sumarse a Livingstone, Fouillioux, Prieto y Lepe-, el “Chapa” se las hizo fácil. Se trata del capitán del tetracampenato y autor del gol que cambió la historia de Universidad Católica, entre otros hitos.

Por MATÍAS ALCÁNTARA / Foto: AGENCIAUNO


Esa tarde del 30 de abril de 2016 Universidad Católica cortó una dolorosa racha de seis años sin título, torneos en los que había estado muy cerca pero sin éxitos. La UC se tenía que conformar con mirar de cerca cómo otros se abrazaban, y parecía que ese día en San Carlos los precordilleranos iban a correr la misma suerte, pero en los últimos minutos todo cambió ante Audax. Los locales perdían por la cuenta mínima cuando David Llanos anotó el gol de la ilusión y luego, a los 84 minutos con 21 segundos, José Pedro Fuenzalida marcó de cabeza uno de los tantos más importantes de la historia de los cruzados, el gol que modificó el destino.

Porque luego de quedarse con las manos vacías por muchas temporadas, a partir de ese día, con el Clausura 2016, comenzaron a llegar los títulos a San Carlos: la UC ganó el torneo de Apertura y la Supercopa de ese año, después los títulos de 2018, 2019, 2020 y 2021 y otras tres Supercopas entremedio.

Y el “Chapa” fue importante en todos esos campeonatos. Desde que Cristián Álvarez dejó el fútbol en 2018, Fuenzalida asumió la jineta de capitán para comandar al equipo a la victoria y a levantar permanentemente copas, como cuando era juvenil y le tocó celebrar colaborando activamente en cancha en el título del Clausura de 2005, con 20 años de edad.

Desde su debut mostró esa chapa de gran jugador. A veces más rápido de lo que debía, con el correr de los partidos fue manejando los tiempos hasta convertirse en pieza clave. Pero no sólo su velocidad llamó la atención en sus primeras apariciones, sino que también por una característica que lo diferenciaba del resto de los futbolistas del medio: sus saques laterales. Servía tan fuerte y largo con las manos que sus saques de costado eran verdaderos centros. Habría que preguntarle por qué no siguió explotando esa faceta.

En 2007 decidió colgar los botines para estudiar ingeniería comercial. Seis meses después volvió al fútbol, a Colo Colo. “Fui para desafiarme a mí mismo”, explicó hace algunos días el “Chapa”. Lo concreto es que ese paso por Macul distanció a Fuenzalida de muchos cruzados que no entendieron cómo un futbolista podía aceptar una mejor oferta económica.

Pero luego de su paso por el Monumental, Rancagua y La Bombonera, donde José Pedro creció mucho como futbolista defendiendo a Boca, volvió a San Carlos en 2016 para comenzar a ganarlo todo. La mayoría de los hinchas de la UC pronto lo volvieron a valorar y a querer. Y con el tiempo a amar como a pocos referentes hasta convertirse en un ícono, en el jugador más importante del presente siglo para la UC.

Seleccionado chileno, ganó las Copas América de 2015 y 2016 (marcó un gol en la semifinal ante Colombia, en Estados Unidos). José Pedro Fuenzalida, un jugador amado por los cruzados y querido y respetado por los verdaderos amantes del fútbol, sin importar la camiseta.

Ante Audax jugará su último partido en Santiago defendiendo a la UC y probablemente se despida en la fecha final en Antofagasta. Serán partidos emotivos para el “Chapa” y para la gente que no lo verá más luciendo su franja y su jineta.