1 de mayo 2024

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  • La Católica sufrió un dramático aterrizaje futbolístico con una derrota de 3-0 en La Cisterna que deja al técnico al borde de su salida, que sólo falta confirmar por parte del club.

Por Sergio Rey


En la Católica hay malas señales que vienen desde antes de la humillación futbolística que sufrió frente a Palestino en La Cisterna. El 3-0 logradoo de forma legítima por un equipo dotado de aplicación y disciplina táctica desnudó (casi) todas las limitaciones de un tricampeón que está muy lejos de su prestigio de otras temporadas y de la capacidad colectiva que su hinchada pretende.

Como siempre ocurre en el fútbol, las malas señales vienen de un camarín donde los jugadores ya no creen ciegamente en su conductor y los dirigentes empiezan a catalizar las fórmulas de emergencia para salir de la crisis. Así pasó en la U con Caputo y Dudamel cuando los resultados no salían y los mismos signos llegan ahora de parte de Católica.

Nada es casualidad en la cancha. Ni los errores individuales, ni la falta de confianza y mucho menos las expulsiones cuando reflejan las frustraciones del grupo. Católica está sufriendo esos síntomas que ayer se desencadenaron recién en los últimos diez minutos en La Cisterna.

En rigor, el partido fue tan intenso como parejo en el primer tiempo. Católica imponiéndo dinámica para luchar, pero por certeza para avanzar al área rival. Y Palestino más suelto y fluido en el manejo de la pelota, sin tanta presión mental sobre sus jugadores. Recién el juego se destrabó en la fase final del segundo tiempo, cuando el agotamiento se convierte en factor y cualquier equivocación cuesta caro. Palestino se aproximó más al arco de Pérez con el manejo atildado de Jimenez y Villanueva, aunque al fin esta vez tuvo dos penales para establecer las diferencias,

A los 80′, Valencia fue expulsado tras empujar a Dávila en el área y el penal lo anotó Bryan Carrasco. Nueve minutos después, Montes detuvo con la mano un remate de Jiménez y además de la tarjeta roja para el cruzado, Palestino puso el 2-0 con otro remate de penal de Carrasco. La goleada se consumó a los 92′ con el tanto de Dávila cuando Católica ya estaba en el suelo…

Ya había malas señales en Católica y, como es habitual, se confirmaron en el vestuario. Allí, el cuestionado Poyet declaró que “siento que a Católica le falta algo y el responsable de eso soy yo. Y me duele, por mis jugadores y por la hinchada, porque ellos quieren ser campeones”. Esa renuncia disfrazada quedó flotando en el aire a la espera de la confirmación de la directiva, que siempre quiso -a regañadientes, claro- mantenerlo en el cargo. Sin embargo, la suerte ya estaba echada con el 3-0 que hizo aterrizar dramáticamente al tricampeón.

PORMENORES

19ª fecha. Árbitro: Piero Maza. Estadio Municipal de La Cisterna.

Palestino (3): Cristopher Toselli; Cristian Suárez, Bruno Romo, Vicente Fernández (Sebastián Cabrera, 76’); Brayan Vejar, Carlos Villanueva (César Cortés, 56’), Agustín Farías, Misael Dávila, Jonathan Benítez (Nicolás Meza, 87’); Bryan Carrasco, Luis Jiménez. DT: Patricio Graff.

Universidad Católica (1); Sebastián Pérez; Raimundo Rebolledo (Edson Puch, 54’), Tomás Asta-Buruaga, Valber Huerta, Juan Cornejo (Alfonso Parot, 9’); Ignacio Saavedra, Francisco Silva (Juan Leiva, 54’); Diego Buonanotte (Clemente Montes, 73’); José Pedro Fuenzalida, Fernando Zampedri, Diego Valencia. DT: Gustavo Poyet.

Expulsados: Diego Valencia (UC, 82′); Clemente Montes (UC, 89′).

Goles: 82′ y 89′ Carrasco de penal, 92′ Dávila.