23 de octubre 2024

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Por Pedro Neira Milchio / Médico, Candidato a Gobernador por el Biobío


No es por buscar la quinta pata al gato. Pero este gobierno nos ha ido demostrando que cada cosa que puede hacer bien se convierte en cinco resultados pésimos. La llegada de la vacuna de Pfizer que muchos aplauden y que comenzará a distribuirse por estos días al personal de salud no significa que se deba bajar la guardia.

Ya nos llega desde Europa la confirmación que otra cepa tan o más mortífera de Coronavirus arrecia. Confirma el temor de los científicos de que éste es el comienzo de una era que nos desafiará en todos los ámbitos.  A ellos, por una parte, para buscar una solución dentro de la ciencia médica, a los gobiernos cuya obligación es encontrar la forma para generar recursos para la investigación y la salud pública, y a las personas que debemos demostrar que somos una sociedad civil fuerte, que entiende y se comporta pensando en el bienestar de todos.

Que llegue una vacuna no significa la panacea de la crisis. Mientras unos están escépticos de su efectividad, otros creen que estamos al otro lado sin medir los fatales estragos de confiarse solo en el pinchazo. Y ahí están mis peores aprensiones con este gobierno, que no ha sabido ser claro en la crisis, que no ha tomado decisiones oportunas y que no ha sido capaz de inspirar confianza en la calle.

El gobierno traerá la vacuna rápido, sí, un punto. ¿Sabrá repartirla adecuadamente en la población que más la necesita ahora?, no sé. ¿Será Lota, Coronel o Los Ángeles y no las tres comunas del club de fans de La Moneda donde habrá una mayor administración de las dosis?, tampoco se sabe.

Como médico, como humanista y como habitante de una de las ciudades más golpeadas en la Región del Biobío, espero que de una vez por todas este gobierno acierte haciendo las cosas con la visión puesta en la gente y no en la desmedida intención de recuperar un punto en las encuestas o en los ránquines políticos.   Se debe romper el eje centralista de Santiago versus las regiones, y también de las capitales regionales versus las ciudades más pequeñas en las provincias más desprovistas de recursos. Esperaría ver a las autoridades de cada región peleando por eso y no defendiendo ciegos, las políticas que vienen enfrascadas de las oficinas de Santiago.

En mi propuesta de gobernación humanista no hay espacios para otra cosa que no sea el bienestar equitativo y primordial de quienes históricamente han sentido postergación e indiferencia de quieres los dirigen. “Ni más, ni menos que tú, sino igual que tú”. Con esa frase resumo la carne de nuestra propuesta para la gente que se ha expresado mayoritariamente en un plebiscito. Ésa que ya se vacunó de una política enferma y rancia y que quiere desafíos más concretos, nobles y humanos.