18 de mayo 2024

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A propósito de la discusión que avanza respecto a la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, la Fundación Sol publicó su estudio llamado «Tiempo Robado: Pobreza de Tiempo, productividad y acumulación capitalista», el que busca cuantificar el impacto que tendría la reducción de jornada laboral en el indicador de pobreza de tiempo.

«Las personas deben ocupar las horas de su día en actividades que generen ingresos y reproduzcan la vida. En este modelo de acumulación son los tiempos del mercado los que moldean la vida» señala el estudio.

Entre los resultados destaca que un 44% del total de la población se encuentra en pobreza de tiempo y que más de la mitad de las mujeres trabajadoras seguiría en Pobreza de Tiempo con proyecto de 40 horas.

El estudio observa que «el aumento de la productividad durante las últimas décadas ha permitido que las trabajadoras/es sean capaces de producir la misma cantidad de mercancía en cada vez menor tiempo. Pero esto no se ha traducido en mejoras materiales significativas para la clase trabajadora».

En ese sentido, el estudio plantea que «de una jornada laboral de 8 horas, solo 3 horas de trabajo están destinadas al salario y 5 a las ganancias del capital. Si se tiene en cuenta la rotación del capital, las cifras son de 7 horas para el empresario y solo una para el trabajador/a».

En cuanto a horas destinadas a trabajos domésticos y de cuidados no remunerados, «una persona promedio destina 31 horas semanales a estas labores, y al desagregar por género en promedio, vemos que las mujeres le dedican 41 horas semanales, mientras los hombres le dedican sólo 19 horas». Es decir, «aproximadamente 1 de cada 3 hombres, y 1 de cada 2 mujeres, no cuentan con horas suficientes para cubrir un umbral básico de tiempo para cuidados personales, descanso, ocio y tiempo libre».

El 39,8 % de las personas que hoy presentan jornadas remuneradas de 45 horas son pobres de tiempo, siendo la situación de las mujeres mucho más grave (58,9 %) que la de los hombres que presentan esa jornada semanal (26,4 %).

Al realizar la simulación suponiendo un nuevo límite de 40 horas de trabajo remunerado semanal, «se observa una reducción de la pobreza de tiempo para hombres y mujeres. Sin embargo, bajo estos parámetros, si se simula una jornada de 40 horas para aquellas mujeres que hoy trabajan 45 horas remuneradas, aún la mitad de ellas seguiría estando en pobreza de tiempo, mientras que, para los hombres, esa proporción sería 1 de cada 5″.

Prácticamente 1 de cada 4 personas (24,2 %) seguirían sufriendo escasez de tiempo si se redujera la jornada en 10 horas, porcentaje que llegaría al 40,2 % para el caso de las mujeres y al 13,1 % en el caso de los hombres. Incluso si se redujera la jornada máxima semanal a 20 horas, 1 de cada 5 mujeres (20,6 %) no tendría tiempo suficiente para el descanso, autocuidado y ocio.

Al observar de manera particular las personas que hoy presentan una jornada laboral semanal de 45 horas y, al mismo tiempo, se encuentran en pobreza de tiempo, vemos que destinan 43,8 horas semanales, en promedio, a labores domésticas y de cuidados no remuneradas, totalizando 88,8 horas de Carga Global de Trabajo (CGT) semanal. Así, para que este grupo se ubique, en promedio, justo en la línea de pobreza de tiempo de 67,5 horas semanales, la jornada remunerada no debería exceder las 23,7 horas semanales.

Así, el estudio realizado por los investigadores Francisca Barriga, Gonzalo Durán y Andrea Sato de Fundación Sol, plantea que «es importante mantener una mirada integral de las políticas públicas en torno al uso de tiempo, mejorar significativamente los ingresos junto a iniciativas que impliquen la socialización de los cuidados. Todo ello, son aspectos básicos para avanzar en conciliación efectiva de las distintas actividades diarias».

Finalmente, señalan que «el fortalecimiento de la actividad sindical a través de la negociación colectiva por rama de actividad económica y en múltiples niveles es un condición central y de primer orden para la discusión sobre el tiempo robado, la pobreza de tiempo, la productividad laboral y la acumulación capitalista».

El estudio completo puede ser revisado aquí.