27 de abril 2024

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La Federación del Fútbol de Chile determinó que el partido suspendido en Valparaíso, debe continuar disputándose. Se definirá la fecha y el estadio, pero será a puertas cerradas.

Por SERGIO ANTONIO JEREZ / Foto: AGENCIAUNO


Mucha polémica dejó el Clásico Universitario protagonizado por la UC y la U en Valparaíso y que fue suspendido a los cinco minutos tras caer una bomba de ruido al lado del arquero azul, lanzada por un hincha cruzado y que dejó con trauma acústico al portero Martín Parra.

Este jueves, el directorio de la Federación de Fútbol -que encabeza el mismo presidente de la ANFP, Pablo Milad, determinó que se jugarán los 84 minutos restantes, en una fecha y estadio por definir, a puertas cerradas. La votación fue favorable a la reanudación por 4 votos contra 3. Los votos disidentes fueron de los representantes del fútbol amateur en la Federación, al parecer con la idea de un castigo más drástico a la UC, el club responsable de la organización del compromiso, que podría incluir, incluso, su marginación del torneo.

Para muchos, es una mala señal. Porque abre la puerta para que cualquier hincha, aprovechando que su equipo va ganando, lance algún proyectil a la cancha para que el partido se suspenda y su equipo saque alguna ventaja. Y si los clubes no son capaces de resolver el tema de la impunidad de los autores del desaguisado -por mucho que se diga que habría dos detenidos por este incidente- será finalmente el fútbol en su totalidad el que saldrá perjudicado.

Tampoco sirven de mucho las excusas emitidas esta mañana por Mauricio Isla, quien insultó al arquero Martín Parra cuando éste estaba caído tras la explosión de la bomba de ruido. “No dimensioné la situación”, señaló el defensor de la UC, aunque las disculpas de un jugador de su experiencia suenan como una manera de evitarse sanciones por su accionar o la reacción del mundo del fútbol, ante una actitud que contradice los principios deportivos.

Cuestionado también ha sido el desempeño del árbitro Felipe González, quien cobró un penal más que dudoso, cuando la pelota pegó en el codo derecho de Felipe Seymour, de espalda a la jugada y con el brazo pegado al cuerpo -las imágenes así lo comprueban- y que significó la apertura de la cuenta con el remate de Fernando Zampedri desde los doce pasos. El pasado como jugador en las divisiones menores de Universidad Católica ha sido utilizado como antecedente para poner en duda su neutralidad en la mencionada jugada.

Azul Azul pidió las penas del infierno para la organización del compromiso -la UC era local en esta ocasión- y llamó la atención que se le permitiera jugar con su público a los cruzados, en circunstancias que estaban castigados y sólo pudieron hacerlo por un surtilugio que aceptó la segunda sala del Tribunal de Penalidades, que preside, coincidentemente, un reconocido seguidor de Universidad Católica, Stefano Pirola, también cuestionado por no haberse abstenido a la hora de analizar el recurso presentado por Cruzados.

Aparte, se ha destacado que el propio presidente de la ANFP, Pablo Milad, en una actitud que no corresponde a su cargo, habría presionado al tribunal para favorecer a la UC, cuya hinchada ha protagonizado en el último tiempo numerosos incidentes, el más cercano, ante Audax Italiano por Copa Chile, donde invadieron la cancha cuando el partido aún no había terminado.

Y aunque todos han reaccionado pidiendo mano dura en esta ocasión -el arquero Parra debió ser trasladado a un centro asistencial- se ve que todo quedará en nada, como siempre.