Más de 10,000 personas en el mundo han firmado una petición en línea lanzada por las ONGs Sinergia Animal, Global Forest Coalition y Feedback que le piden a importantes instituciones bancarias detener el financiamiento de granjas industriales, un factor clave en el brote de nuevas pandemias, deforestación y cambio climático.
El llamado, dirigido al Banco Mundial y el Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo, surge después de los reportes recientes de las Naciones Unidas que destacan los peligros de este tipo de agricultura animal intensiva.
«Los bancos de desarrollo deberían ayudar a la humanidad, creando un mundo más sustentable y seguro, pero están haciendo lo opuesto al financiar las peores formas de agricultura animal. Estas instituciones se sostienen a través de los impuestos que contribuimos a los gobiernos de todo el mundo. Estamos pidiendo que cambien y creen un futuro seguro para todos», señaló Diamela Covarrubias, directora de Asuntos Corporativos, de Sinergia Animal, una de las organizaciones responsables por esta campaña.
Una investigación realizada por Bureau of Investigative Journalism y el periódico The Guardian descubrió que la Corporación Financiera del Banco Mundial y el Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo ha destinado $2.6 billones a la industria del cerdo, pollo y vacuno, así como a empresas de productos lácteos y procesadoras de carne, durante los últimos 10 años.
“Prestar billones a estas operaciones ganaderas va en detrimento de nuestro futuro común. El Programa de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente ya ha advertido que en la agricultura animal actual, los animales viven ‘en condiciones menos que ideales’ que pueden ayudar a propagar nuevas enfermedades, similares al Covid-19”, añadió Covarrubias.
Las granjas industriales comúnmente tienen condiciones insalubres, animales hacinados y con condiciones genéticas demasiado similares, por lo que no ofrecen resistencia a la propagación de enfermedades. Esto también conlleva importantes riesgos para la salud humana.
Además, las granjas industriales consumen grandes cantidades de medicamentos: Según la Organización Mundial de la Salud, en algunos países 80% del total del consumo de antibióticos médicamente importantes corresponde al sector animal. Esto significa que la agricultura animal contribuye significativamente a la resistencia a los antibióticos, que mata más de 700,000 personas anualmente y puede llevar a enfermedades más fuertes y potencialmente más virulentas.
La naturaleza también sufre, advierten activistas. “Los expertos proyectan que el sector ganadero será responsable de casi la mitad de la cuota mundial permitida para emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y del 80% para 2050. Sin una acción urgente, la industria continuará conduciendo a la crisis climática, causando olas de calor, sequías e inundaciones más extremas”, enfatizó Diamela.
La agricultura animal es la mayor responsable de la deforestación tropical, según la NASA, ya que las áreas deforestadas se han utilizado exponencialmente para pastos y tierras de cultivo para la alimentación animal, como la soja y el maíz. Mientras tanto, la ONU indica que como el 75% de todos los patógenos humanos emergentes son zoonóticos, actividades como la deforestación y la invasión del hábitat aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades al acercar a los humanos y las granjas a los animales salvajes y los virus que estos pueden portar.
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