19 de mayo 2024

AQUÍ Y AHORA

NOTICIAS

A partir del próximo lunes 21 de marzo se hace efectiva la renuncia presentada por la funcionar municipal de Ñuñoa, que en diciembre del año pasado denunció acoso laboral y sexual por parte de la concejala María Eugenia Lorenzini (RD).

Según informó La Segunda, la ex asesora -de 28 años e identificada con las iniciales C.E.- envió una carta a la alcaldesa Emilia Ríos para comunicar su dimisión «debido a diferencias valóricas irreconciliables frente al caso de acoso laboral denunciado durante 2021».

«Tras el sumario no hubo ninguna sanción. Me sentí pasada a llevar», explicó C.E. al vespertino y agregó «al final yo me tuve que ir y ella sigue en su cargo. Yo denuncié a su compañera de partido (de la alcaldesa). Me mandaron a capacitación. Todo fue para la foto».

La concejala denunciada al ser consultada al respecto, contestó que «Ya he dicho todo lo que tenía que decir sobre mi caso».

Lorenzini publicó hace un mes un comunicado en su cuenta de Instagram, donde se refiere al resultado del sumario que, finalmente, no le impuso sanciones.

«En estos meses, he revisado mi conducta, lo que me ha llevado a reconocer que he tenido comportamientos patriarcales. En este caso herí a una persona que trabajaba conmigo y eso es duro de asumir y no hay excusa que valga por ello», explicó.

«Los hechos denunciados fueron investigados. (…) La investigación se realizó porque la persona que trabajó como mi asistente durante tres meses me acusó de acoso laboral y sexual ante el Administrador Municipal. Ambos cargos (…) no pudieron ser acreditados durante la investigación», indicó.

Reconoció además que «la investigación sí da cuenta de que cometí maltrato, entendiéndola como ‘una agresión evidente y esporádica, sin tener un objetivo o víctima específica‘. El haber llamado a mi asistente ‘esclava blanca’ efectivamente es agresivo y cualquier explicación que dé, y que he dado, resulta insuficiente».

Y terminó su escrito, sentenciando que «he sido sobreseída bajo el argumento de que el Municipio no tiene atribuciones para sancionarme al no ser una funcionaria municipal, sin embargo el hecho de detentar un cargo electo me hace doblemente responsable de mis errores. Desde hace tres meses me encuentro en terapia psicológica, la que espero me permita procesar de la mejor manera posible esta experiencia que ha sido dura no sólo en lo personal y familiar, sino para la Municipalidad de Ñuñoa, el Concejo y la comuna entera»