Por EDUARDO BRUNA de El Ágora.
Perdiendo nuevamente por la cuenta mínima, frente a Palmeiras, Universidad Católica dijo adiós a su participación en la Copa Libertadores. Si la ilusión de continuar de por sí era muy tenue, dado el resultado registrado en San Carlos de Apoquindo, la semana pasada, lo cierto es que el fútbol desplegado por el cuadro cruzado en el Allianz Parque, de Sao Paulo, fue demasiado pobre como para torcer un destino que la lógica indicaba ya estaba marcado.
Para decirlo de una vez, Palmeiras se impuso en ambos encuentros por igual marcador (1-0), sólo que la actuación de Universidad Católica en feudo ajeno fue inmensamente inferior a la que le cupo como dueño de casa. Si acá el cuadro de Poyet había caído hasta se podría decir injustamente, con todo lo subjetivo que el término implica tratándose de fútbol, e incluso con un penal claramente inventado, en la revancha no tuvo ni la más mínima posibilidad de pararse de igual a igual ante el vigente campeón de América de clubes.
Es más: si no hubiese sido por la soberbia actuación que le cupo al arquero Sebastián Pérez, Universidad Católica pudo haber cosechado una goleada de proporciones. Porque el meta, reemplazante obligado tras la partida de Dituro, tapó todo lo que tenía que tapar y bastante más, porque hasta salió airoso de dos o tres incidencias en que quedó mano a mano con los atacantes brasileños.
La realidad demuestra que a Universidad Católica la está costando un mundo anotar. Sólo que, en esta oportunidad, salvo un par de aproximaciones en los primeros minutos, producto de tiros libres ante los cuales la defensa del “Verdao” no supo resolver adecuadamente, el ataque cruzado fue absolutamente inexistente, de una ineficacia e impotencia que obviamente deben preocupar.
Y es que lo del elenco de Poyet –guardando las proporciones-, repite los mismos vicios y defectos de La Roja de Lasarte en Copa América, absolutamente inocua y livianita ofensivamente hablando.
Palmeiras es el vigente campeón de la Copa Libertadores, pero está lejos de ostentar el brillo de otros equipos brasileños. Se trata sin duda de un cuadro sólido, pero pragmático por sobre todo. Porque consciente de que la victoria en Santiago le daba la ventaja, jamás se volvió loco ni se desesperó por anotar. Como que sus jugadores sabían de antemano que el gol llegaría en cualquier momento y que eso bastaría para el golpe de nocaut.
Fue así, desgraciadamente. Más allá de sus virtudes y sus méritos a nivel casero, Universidad Católica ratificó que nuestro fútbol hace tiempo perdió completamente la competitividad que en algún momento tuvo a nivel internacional.
PORMENORES
Partido de revancha. Octavos de final de la Copa Libertadores.
Estadio: Allianz Parque.
Arbitro: Alexis Herrera (Venezuela).
PALMEIRAS (1): Weverton; Rocha (68’ Mayke), Felipe Melo (82’ Kuscevic), Gómez, Renán; Ze Rafael, Scarpa, Danilo, Veiga (68’ Dudú); Deyverson (89’ Verón), Wesley (68’ Bruno).
U. CATOLICA (0): Pérez; Rebolledo (56’ Asta-Buruaga), Lanaro, Huerta, Parot (75’ Montes); Leiva (56’ Núñez), Saavedra (56’ Silva), Gutiérrez (75’ Buonanotte); Fuenzalida, Zampedri y Valencia.
GOL: Rocha, a los 36’ (P).
Tarjetas amarillas: en Palmeiras, Weverton, Rocha, Felipe Melo, Renán y Dudú; en Universidad Católica, Parot y Zampedri.
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