4 de mayo 2024

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La estadística entre Chile y Ecuador por Casificatorias mundialistas señala que La Roja nunca ha perdido como local ante los del Guayas. Pero la historia es la historia, porque en el fútbol puede pasar cualquier cosa. Esperemos que esta vez la historia siga vigente.

Por SERGIO ANTONIO JEREZ

Me piden que dé una receta sobre cómo Chile le puede ganar a Ecuador, en este compromiso por las Clasificatorias para Qatar 2022. Pero no soy muy dado a aportar pronósticos cuando de fútbol se refiere. ¿Por qué? Porque en este deporte nada puede darse por sentado, por más que los antecedentes –léase estadísticas incluidas- logren dar una idea más clara, ya que lo imprevisible siempre está presente.

Ahora, si nos referimos sólo al historial entre ambas selecciones, podemos decir que siempre La Roja festejó en casa, salvo camino a Corea-Japón 2002 y Alemania 2006, dos clasificatorias seguidas, que fueron empates sin goles.

Desde Inglaterra 66 a la fecha, el combinado chileno sumó nueve victorias como local en partidos de clasificación a un Mundial. Algunas veces estrechamente, como el 1-0 antes de Sudáfrica 2010 o los sendos 2-1 para Brasil 2014 y Rusia 2018. Con todo, por ahí hay un 6-2 para México 86 y dos 4-1, el primero para México 70 y el segundo para Francia 98.

Si hasta el último enfrentamiento dejó sabor dulce, con el empate 0-0 en Quito.

¿Pero, podemos afirmarnos en los números para quedarnos tranquilos y celebrar antes de tiempo? Creo que no. Justamente por lo que mencionaba al principio, lo imprevisible que es el fútbol, con todos sus detalles y circunstancias

Sin embargo, podemos jugar al pitoniso o creernos el cuento que sabemos de fútbol, para atrevernos a un análisis previo y responder a la pregunta de cómo le ganamos a Ecuador.

En mi modesta opinión, el seleccionador Martín Lasarte debe tener las ideas más claras que nosotros. Eso creo, al menos.

Pienso que La Roja no debe variar su esquema en relación a lo que hizo con Paraguay acá en San Carlos de Apoquindo ni lo que mostró en Asunción para conseguir la victoria. Al no contar con Ben Breteron y Enzo Roco, ambos suspendidos por tarjetas amarillas, “Machete” deberá recurrir, en el caso del primero, a un delantero de otras características como Eduardo Vargas, y uno de parecidas aptitudes como Francisco Sierralta. ¿Pierde o gana con estos cambios? En el caso de Vargas, contará con un delantero de menor envergadura, pero de mayor técnica. En el caso del defensor, a mi juicio, gana en seguridad con los pies.

Entonces, con Bravo inamovible en el pórtico, la línea de tres debiera ser con Sierralta, Medel y Maripan; con el retornado Mauricio Isla y Eugenio Mena por los costados, al medio debieran ir Erick Pulgar –si está totalmente recuperado-, más Arturo Vidal y Diego Valdés. Arriba, Vargas y Alexis Sánchez.

Ecuador, este Ecuador, se ha caracterizado por darle velocidad a su transición de defensa a ataque, con hombres rápidos y de buena técnica. ¿Cómo se contrarresta? Con algo que La Roja hace bien: la tenencia de la pelota. Pero lejos de su arco, por cierto, para evitar sospresas indeseadas.

La defensa de Ecuador es dura, cerrada, compacta, pero existe un resquicio: no siempre mantiene la concentración a ultranza, entonces hay que estar atentos a su error para capitalizarlo de buena forma. Y allí, Alexis y Vargas, dos que son explosivos, pueden cazar una pelota no controlada y hacer daño.

Por lo tanto, la receta, mi receta, humilde por cierto, es mantener la tenencia del balón y no apresurarse buscando por dónde vulnerar la defensa ecuatoriana, porque en cualquier momento puede producirse el error del rival y ahí estar preparados para dar el golpe. Y, claro, sostener una presión con el balón controlado, para impedir que Ecuador pueda armar una contra que pille mal parada a la defensa chilena. Concentración y atrevimiento es la idea.

Por lo menos es lo que me atrevo a sugerir. Pero en el fútbol nadie tiene la receta justa, porque cuando el partido comienza, cualquier cosa puede pasar.

Esperemos que lo que pase nos sirva para festejar, que mucho lo necesitamos.

¡Vamos Chile!