16 de mayo 2024

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Luego de que las fuerzas políticas con representación parlamentaria llegaron a un acuerdo para la redacción de un nueva Constitución, el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, afirmó que dicho consenso no es garantía de que se llegue a puerto, afirmando que «hubo una toma de conciencia de que si seguimos en la lógica pendular del todo o nada, el perjudicado va a ser el país».

En conversación con La Tercera, el parlamentario por el Partido Socialista afirmó que el acuerdo «es el primer paso de un trayecto que, si bien debería ser corto, va a ser intenso en términos de la implicancia que pueda tener para el futuro de Chile. Y creo que este primer paso no garantiza el éxito».

«Si los actores que participan del diálogo constitucional no toman conciencia de que éste debe ser un diálogo inclusivo, vamos a desaprovechar una oportunidad histórica», sostuvo Elizalde.

A la vez, el senador afirmó que «probablemente en el Senado va a ser más fácil avanzar que en la Cámara, pero yo espero que todos los actores cumplan la palabra empeñada».

Sobre el polémico rol de los expertos y la legitimidad que podría tener un nuevo texto constitucional emanado desde la tutela de los especialistas, Elizalde sostuvo que «al margen del debate procedimental, lo más relevante es que los actores que participen del proceso tomen conciencia de que elaborar una Constitución implica tener voluntad de generar acuerdos amplios, porque si no, va a ser siempre objeto de controversia».

En cuanto a las diferencias al interior de la alianza de Gobierno, entre Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático, el parlamentario dijo no compartir ese diagnóstico, afirmando que «desde afuera se intenta construir una especie de caricatura, como si fueran dos almas claramente diferenciadas, y creo que esta mezcla puede ser virtuosa en el largo plazo».

Sobre sus expectativas para la nueva Carta Magna, el parlamentario socialista indicó que «una buena Constitución para Chile es una que consagra un Estado social y democrático de Derecho, con un sistema político que funcione, es decir, que dé respuesta oportuna a las demandas ciudadanas. Y que, a su vez, genere certezas y reglas del juegos claras no solo para el crecimiento económico, sino para un desarrollo inclusivo que es fundamental para contar con los recursos para financiar el Estado social y democrático de Derecho», concluyó.