Los insurgentes talibanes reforzaron su control sobre Afganistán el viernes y se apoderaron de su segunda y tercera ciudades más grandes, mientras las embajadas occidentales se preparaban para enviar tropas para ayudar a evacuar a los funcionarios de la capital, Kabul.
La captura de Kandahar, la segunda ciudad más grande del país en el sur y de Herat en el oeste después de días de combates, es un revés devastador para el gobierno, que ve cómo la insurgencia talibán abruma a sus fuerzas de seguridad.
“La ciudad parece una línea de frente, una ciudad fantasma”, dijo Ghulam Habib Hashimi, miembro del consejo provincial, por teléfono desde Herat, una ciudad de unos 600.000 habitantes cerca de la frontera con Irán.
Refiriéndose al centro económico de Kandahar en el sur de Afganistán, un funcionario del gobierno dijo a Reuters que «después de intensos combates anoche, los talibanes tomaron el control».
Las derrotas alimentan los temores de que el gobierno respaldado por Estados Unidos caiga en manos de los insurgentes cuando las fuerzas internacionales completen su retirada después de 20 años de guerra.
Un funcionario de defensa estadounidense citó los informes de inteligencia estadounidenses de esta semana de que los talibanes podrían tomar Kabul en 90 días.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas considera que la escasez de alimentos en Afganistán es «bastante grave» y está empeorando, dijo un portavoz, y agregó que la situación tiene todas las características de una catástrofe humanitaria.
De las ciudades más grandes de Afganistán, el gobierno todavía controla Mazar-i-Sharif en el norte y Jalalabad en el este y cerca de la frontera con Pakistán, así como Kabul.
El Reino Unido dijo que enviaría alrededor de 600 soldados para ayudar a los ciudadanos a irse, y otras embajadas y grupos humanitarios dijeron que también retirarían a su personal.
También se espera que Canadá movilice fuerzas especiales en Kabul para ayudar con la retirada del personal diplomático, informó la agencia de noticias Associated Press.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido que una ofensiva talibán en la capital tendría un «impacto catastrófico en la población civil», pero hay pocas esperanzas en las negociaciones ahora que el grupo parece encaminarse hacia una victoria militar.
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